Última jornada de Liga en el Grupo VII de División de Honor Juvenil. El Alzira es duodécimo con 30 puntos y el FC Cartagena, décimo tercero con 28. O lo que es lo mismo; el cuadro valenciano necesitaba vencer en el campo del Elche CF para asegurarse la permanencia o incluso un empate siempre y cuando el FC Cartagena no venciera en el estadio del colista, el Miguelturra de Ciudad Real. Pero con sufrimiento, con la mirada puesta en tierras ilicitanas y con el corazón en un puño, los futbolistas de Javi García no sólo goleaban a los castellanos en su estadio sino que además vieron cómo el Elche y el Alzira empataban en un duelo espectacular y, contra todo pronóstico, obtenían la salvación.
Y es que cuando el técnico cartagenero cogió las riendas del juvenil albinegro los números que presentaba el equipo eran, cuanto menos, desoladores.
Catorce partidos jugados, ninguno ganado, cuatro empates, diez derrotas y penúltimo en la clasificación a once puntos de la permanencia. Un desastre; un auténtico desastre. Y a todo esto, con dos entrenadores desde el inicio de Liga: David Garnés y Juanjo Brau.
Los responsables de la cantera cartagenerista buscaron un último recurso; un último empujón; un nuevo cambio que fuera capaz de revertir una situación que parecía imposible. Y la encontraron en casa. Esta no fue otra que la de confiar el ‘milagro’ a Javi García, técnico que el pasado verano llegó a la entidad como ayudante de Garnés tras su exitoso paso por la cantera del Club Deportivo Mediterráneo y cuyo reto aceptó consciente de las tremendas dificultades que ello acarreaba.
“Trabajo, trabajo y más trabajo. No ha habido otro secreto para la salvación del equipo”. Son palabras de Javi García a SPORTCARTAGENA minutos después de conseguir la permanencia del equipo en la máxima categoría del fútbol juvenil a nivel nacional entre gritos y abrazos de sus futbolistas al conseguir lo que parecía un imposible.