11 de febrero de 2014, 13:18
Un negocio sólido, que crece imparable y que genera unas cifras de beneficios a tener en cuenta. Su alianza con el entorno online y las nuevas tecnologías (Apps y Smartphones) ha llevado al sector a nuevas cotas de popularidad, de ahí que si usted es uno de los interesados en probar, haya opciones de sobra (puede encontrar buenas en este sitio).
No obstante, jugar y apostar tiene sus riesgos, así que es necesario seguir unas reglas básicas si no queremos meter la pata. El primer paso es conocer dónde vamos a jugar. Gracias a la ley que regula esta actividad en España, contamos con portales identificados con la etiqueta de “sitio seguro” que otorga la Dirección General de Ordenación del juego del Ministerio de Hacienda. De este modo podremos asegurarnos de que actuamos en un entorno absolutamente legal, a salvo de cyber-ataques.
Más tarde empieza nuestra responsabilidad y la piedra angular es la experiencia. Si usted no conoce el funcionamiento de estos entornos digitales, tal vez sea una buena opción la de empezar a jugar gratis. Muchos son los sites que ofrecen este tipo de alternativa y ello nos dará las herramientas básicas para desenvolvernos en los mismos. De esta manera estaremos mejor preparados para cuando pongamos nuestro dinero, poco o mucho, en la mesa.
Debemos tener una serie de límites al realizar nuestras apuestas, tanto por lo bajo como por lo alto. Una cabeza bien amueblada empieza por el orden y eso es precisamente lo que conseguiremos poniéndonos unas cifras máximas y mínimas de beneficio o pérdida: Una hoja de ruta con la que controlar nuestro gasto, así como un mejor control de nuestro dinero. Un error muy común es el de dejarnos guiar por nuestras emociones, pero en el juego, como en el amor, los sentimientos pueden jugarnos malas pasadas. Estemos atentos.
Otro enemigo al que no debemos dar cuartel es la ambición, que en sí mismo no es más que una emoción más. El buen jugador sabe cuando debe levantarse de la mesa e irse a su casa. También es consciente de que es mucho mejor ganar poco dinero en apuestas más seguras que perder mucho en apuestas arriesgadas. Nadie se hace rico apostándolo todo, y los que lo consiguen, han tenido mucho que pagar en el pasado. El ser humano tiene tendencia a arriesgar poco dinero si el precio es alto. Puede que funcione para la lotería, pero a la hora de apostar es un arma de doble filo. Retirarse ganando, o convertir los pequeños triunfos en rutina es una de las bases de los buenos jugadores.
Como ve, todas estas reglas pueden ceñirse a una: Sentido común. Es cierto que en el juego, online o no, la suerte tiene un papel importante. Pero hay dos tipos de personas: los que confían en ella y los que deciden crearla. Sea de los segundos y deje que sea Dios quien reparta.
