17 de noviembre de 2009, 1:00
Ni perder los nervios porque el portero fallara en los dos primeros goles (y acertara en otros dos posibles). Ni en que parte de la defensa fuera un coladero (tema que tampoco se subsanó). Ni que el equipo entero –el nuevo FC con cuatro ausencias importantes- estuviera algo frío y casi impotente. Tampoco es importante que nuestro primer vencedor llevara los colores del Murcia. Ni que diéramos la oportunidad a los de la capital de disfrutar y resarcirse tras la hecatombre del histórico 8 (del que hace 8 días)
Escribo después de leer muchas crónicas y muchísimas opiniones. No me fijo en lo anecdótico –de momento- de lo reflejado arriba.
Me preocupa más que se ha vuelto a repetir la maldita tradición precisamente en un momento que es único y quizá irrepetible. Los historiadores de esos libros que están saliendo del horno estos días así lo reflejarán.
De siempre, en los momentos de mayor euforia –y nunca hubo mayor, nunca, que la de ahora tras lo del Murcia- el FC siempre echa el jarro de agua –no fría- sino la más helada posible. Y también es histórico y habitual que perdamos las grandes ocasiones : ponernos a cuatro puntos del segundo y, entonces sí, sacar la cabeza, muchos palmos. Es demasiada felicidad para una afición tan duramente castigada siempre.
Es lo nuestro. Este es mi FC. Máxima expectación, máxima decepción. Récord de asistencia, récord de desánimo. Como nunca de recaudación, como siempre de desilusión. Se cumple al pie de la letra la historia triste del Cartagena. Poco ha durado la alegría del 1-4 porque siempre dura poco en la casa del pobre. Bueno, dicen, es la primera derrota. Tenía que llegar alguna vez. La esperaba en Betis, en Cádiz, en Elche, incluso en Murcia, y sólo la intuía el domingo por nuestra tradición de rompecorazones. Ya tocaba destrozar el cuadro.
Pero todo esto con ser importante no lo es si lo comparamos con una cifra : 11.652 espectadores, a los que les restamos las entradas regaladas y los pases de favor se quedan en unos 10.000. Es decir, que la afición de Cartagena y lo que llaman pomposamente la ciudad de Cartagena no es capaz de en el momento de mayor euforia de la historia –que Dios sabe si se repetirá- llenar 15.000 localidades. No se puede dar mayor suma de circunstancias positivas, además de ser en domingo y no haber partidos de primera televisados. En Murcia, yendo como van, están los 10.000…
Contamos nosotros también con 10.000…Muy aficionados, muy seguidores, muy fervorosos, pero de ahí no pasamos. Y será muy difícil que lo hagamos. Esa es la peor lectura del día, lectura grave.
Contrarestan diciendo que es de las mayores asistencias de la categoría y nos comparan con equipos que vegetan o que han perdido la ilusión. No hay comparación posible en su situación y circunstancias con las nuestras. Es como una inverosímil boda en la que faltan muchos invitados.
Esto no es el fútbol, esta es la radiografía de Cartagena. Por eso apenas somos nada de nada en el conjunto de la nación. Díganme en qué destacamos a nivel nacional y por qué somos conocidos. Estamos en la cola.
Hay un gran número de cartageneros que no quieren a su ciudad y no hacen nada por ella. Y es imposible meterles la ilusión en el cuerpo.
Por eso hay tantos otros entusiasta en su día que han dejado de creer en una tierra en la que escasean tantos los dirigentes políticos, sociales, económicos y no existe una red social que lleve adelante proyectos. Faltan emprendedores. (Recuerdo que en el cuadro principal del actual FC no hay ni uno de Cartagena : Presidente, Director Gerente, Director Técnico y Entrenador).
Los 10.000 del FC pueden ser ejemplares –contando con los 6.000 socios más que han aparecido esta temporada- pero los otros muchos miles que quedan suelen mirar para otra parte.
¿Y con 10.000 queremos Primera? Y yo con 50.000 € un chalet de 5000 metros en La Moraleja.
Escribo después de leer muchas crónicas y muchísimas opiniones. No me fijo en lo anecdótico –de momento- de lo reflejado arriba.
Me preocupa más que se ha vuelto a repetir la maldita tradición precisamente en un momento que es único y quizá irrepetible. Los historiadores de esos libros que están saliendo del horno estos días así lo reflejarán.
De siempre, en los momentos de mayor euforia –y nunca hubo mayor, nunca, que la de ahora tras lo del Murcia- el FC siempre echa el jarro de agua –no fría- sino la más helada posible. Y también es histórico y habitual que perdamos las grandes ocasiones : ponernos a cuatro puntos del segundo y, entonces sí, sacar la cabeza, muchos palmos. Es demasiada felicidad para una afición tan duramente castigada siempre.
Es lo nuestro. Este es mi FC. Máxima expectación, máxima decepción. Récord de asistencia, récord de desánimo. Como nunca de recaudación, como siempre de desilusión. Se cumple al pie de la letra la historia triste del Cartagena. Poco ha durado la alegría del 1-4 porque siempre dura poco en la casa del pobre. Bueno, dicen, es la primera derrota. Tenía que llegar alguna vez. La esperaba en Betis, en Cádiz, en Elche, incluso en Murcia, y sólo la intuía el domingo por nuestra tradición de rompecorazones. Ya tocaba destrozar el cuadro.
Pero todo esto con ser importante no lo es si lo comparamos con una cifra : 11.652 espectadores, a los que les restamos las entradas regaladas y los pases de favor se quedan en unos 10.000. Es decir, que la afición de Cartagena y lo que llaman pomposamente la ciudad de Cartagena no es capaz de en el momento de mayor euforia de la historia –que Dios sabe si se repetirá- llenar 15.000 localidades. No se puede dar mayor suma de circunstancias positivas, además de ser en domingo y no haber partidos de primera televisados. En Murcia, yendo como van, están los 10.000…
Contamos nosotros también con 10.000…Muy aficionados, muy seguidores, muy fervorosos, pero de ahí no pasamos. Y será muy difícil que lo hagamos. Esa es la peor lectura del día, lectura grave.
Contrarestan diciendo que es de las mayores asistencias de la categoría y nos comparan con equipos que vegetan o que han perdido la ilusión. No hay comparación posible en su situación y circunstancias con las nuestras. Es como una inverosímil boda en la que faltan muchos invitados.
Esto no es el fútbol, esta es la radiografía de Cartagena. Por eso apenas somos nada de nada en el conjunto de la nación. Díganme en qué destacamos a nivel nacional y por qué somos conocidos. Estamos en la cola.
Hay un gran número de cartageneros que no quieren a su ciudad y no hacen nada por ella. Y es imposible meterles la ilusión en el cuerpo.
Por eso hay tantos otros entusiasta en su día que han dejado de creer en una tierra en la que escasean tantos los dirigentes políticos, sociales, económicos y no existe una red social que lleve adelante proyectos. Faltan emprendedores. (Recuerdo que en el cuadro principal del actual FC no hay ni uno de Cartagena : Presidente, Director Gerente, Director Técnico y Entrenador).
Los 10.000 del FC pueden ser ejemplares –contando con los 6.000 socios más que han aparecido esta temporada- pero los otros muchos miles que quedan suelen mirar para otra parte.
¿Y con 10.000 queremos Primera? Y yo con 50.000 € un chalet de 5000 metros en La Moraleja.
