Otro Pérez-Reverte

 No voy a recordar los nombres de Ros o de Hitcham que se fueron a equipos de superior categoría con el objetivo de llegar a las plantillas de Barcelona o Almería entre los grandes. No se pueden desperdiciar oportunidades de oro, aunque muchas veces no lo son. A mi hijo Álvaro fichar por el Real Madrid en el momento de su despegue o no como jugador de baloncesto no le vino nada bien porque estos clubes los trituran.

 A toro pasado habría sido mucho mejor hacerlo por otros equipos que lo pretendían para formarlo y no explotarlo  como Estudiantes, Canoe, Sevilla y otro gallego. Jugar en equipos inferiores a los de la élite te puede dar más oportunidades y formarte más lentamente y quizá mejor y, si vales, llegarás siempre que estés en un equipo conocido de  nivel medio alto. Triunfarás aunque no tan rápidamente. 

Me refiero –cuando todos hablan de la poca atención a la cantera- a los que no triunfan a los 16 años pero podrían hacerlo después. Y de hecho lo hacen pero en otros sitios.

La verdad es que hemos tenido muchos jugadores aprovechables que han triunfado en equipos de menos nivel o parecido al del Cartagena. El caso de Arturo Rodríguez Pérez-Reverte es sintomático. No lo quieren aquí, no tienen paciencia con él, sólo ven el presente y no el futuro, contemplan al jugador que es hoy no al que puede ser. Y se tiene que ir al Caravaca y después al Getafe B y a continuación a La Roda, formándose cada año, aprendiendo, pero dando tumbos. 

Y ya ven : triunfa del todo en la Roda y creo que un cartagenero de los hermanos Cordero lo ficha para el Córdoba. El mismo año, 2ªB, 2ªA y…Primera porque asciende. Arturo y Cordero dos cartageneros triunfando en el fútbol…que no tuvieron la oportunidad en nuestra tierra, como tantos otros que no la hemos tenido y nos hicieron emigrar. En mi caso, a Madrid. O sea, que no sólo desaprovechamos jugadores sino también técnicos y directivos. Toda España está plagada de cartageneros que pesan mucho y aquí nos gobiernan los de fuera. Curioso galimatías.

Tenemos a otro Pérez-Reverte, sobrino carnal del gran escritor, pero el futbolista no utiliza su apellido popular y se anuncia Arturo, simplemente Arturo. Así es conocido como profesional del fútbol. Y hace bien, creo, porque si llega lo hará desde abajo sin otras connotaciones. Su tío es muy grande y muy leído y ha triunfado rotundamente. 

Una vez le comenté que era al único español que envidiaba, puso cara de asombro y me preguntó por qué. Y le dije a mi excompañero de RTVE : por tres cosas. Primera porque eres libre para escribir y editar lo que quieres (véanse sus artículo en los periódicos y por supuesto en sus libros y también en sus declaraciones periodísticas). Segundo, porque trabajas en lo que quieres y lo que te gusta. Y así disfrutas además. Y tercero porque con ello triunfas totalmente y ganas dinerales . Ni el Rey ni nadie sobre la Tierra como tú.

 Lo único que le pido es que escriba una novela totalmente cartagenera, que tenemos historia y tema de sobra para ello. Algunas incursiones han sido parciales. Anímate Arturo. Pero volvamos al sobrino futbolista, al Arturo de la camiseta verdiblanca ahora. No pensaba escribir de él por lo de la cantera y lo llevo muchos días en la cabeza sino por su gesto el día que ascendió el Córdoba, un gesto que no ha tenido apenas repercusión y que me parece muy significativo. 

En plena euforia sacó los colores de Cartagena, nuestra bandera carmesí,, y  la orgullosamente en el Insular. Un jugador maltratado o tratado mal se acuerda en el momento más feliz de su vida profesional de la tierra que le vió nacer y a la que la sigue queriendo, naturalmente, porque es su madre, su madre-tierra.

Gracias Arturo y que triunfes mucho más porque con tu gesto has demostrado que los que nos tuvimos que ir fuera siempre queremos a Cartagena y la llevamos en el corazón. Mi hermano Julián, otro de los emigrantes madrileños, dice una frase preciosa que a mí me emociona:  Cartagena es la única ciudad  del mundo en la que los edificios y las calles me acarician.

A mí, querido hermano, pasear por la Calle Mayor y por otras muchas me da un calorcito fuera de serie. Me siento en mi salsa.

Algunos tienen o tenemos relación de amor-odio. No, por favor, odio no. Pero sí de cariño-irritación al ver tantas cosas que hacemos mal y tantas oportunidades que desaprovechamos. Y tanto que nos dio la Naturaleza y la Historia y parece que no tenemos nada, que pasamos de todo, que no lo valoramos. Menos mal que algunas luces de avance se están viendo ahora.

Arturo, calladamente y a la fuerza, se tuvo que ir y, apretando los dientes, poco a poco, ha conseguido levantar cabeza. Y ¡sigue llevando los colores y el sentimiento cartagenero en su cabeza!. A pesar de los pesares. Pues aquí tienes otro admirador que te desea suerte inmensa.